LA MUJER SALVAJE EN CHINA
La oficina de turismo de Pekín ofrece por unos 150 yuanes una visita a las tumbas Ming y a la Muralla China. Aprovechan también la ocasión para introducirte en un mercadillo de joyas de jade.
A pesar de ser una excursión de un día, el tiempo para las visitas es muy breve y la sensación al visitar la Muralla es cuanto menos curiosa para el visitante que pretende encontrarse con la magia de un lugar ancestral.
Pocos saben que las piedras donde los turistas graban sus iniciales tienen menos edad que ellos mismos. Y en el lugar resuena una voz grabada que repite incesante datos sobre la muralla.
Es difícil conseguir una foto aislada del resto de turistas y sobre los montes hay letras al estilo Hollywood con el lema de las olimpiadas "One world, one dream". Pekín ha tratado de transformarse para este evento internacional haciendo un lavado de imagen pero también intentando conseguir una fachada más occidental, esperando causar buena impresión a sus visitantes.
Es una pena pensar que internacionalizando las culturas y homogeneizándolas conseguirán o conseguiremos más turistas dispuestos a gastarse el dinero, perder el origen y la identidad por gustar a los demás. Somos lo que somos y el verdadero visitante busca la sensación original que no tiene nada que ver con el lema "One world, one dream" sino mas bien con "One planet, million worlds"
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